el amor se transforma en herida que no cierra, y que no deja ver
y ceder en la apuesta es tan duro, sin apuro y sin pausa empezás a perder.
Que ilusa que fuí y cómo olvidarme
hoy tengo tus penas y un tango tan gris.
Hoy, sólo queda un recuerdo en mi corazón lerdo, y en este tango gris
Qué ilusa que fuí, sólo por amarte, creí que podía ser tu dueña así.
Vas, cayendo en la tristeza , más honda y más espesa.
Gris, el cielo de tus ojos...
Gris.
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